"Debo ser perfecto" (Serie: Las Mentiras que Creemos)

"Debo ser perfecto". Les confieso que esta es la mentira con la que yo más lucho. No, no debo ser perfecto. Perfectos son los robots, perfecto es Dios. Los seres humanos no podemos ser perfectos, por más que hagamos, por más que nos repletemos de culpa y auto-flagelación. No vamos a ser perfectos en esta vida. Los perfeccionistas tenemos miedo de dejar ir el perfeccionsimo, pese al sufrimiento que nos causa. Tememos convertirnos en mediocres, en no avanzar tan rápido si no hacemos uso de la culpa y el auto-castigo.

Permíteme decirte que mientras menos perfeccionsita soy, más libre y feliz soy y que Cristo es suficiente para transformarme. Él no necesita de mi culpa, ni de mi auto-castigo, ni de mi sufrimiento para hacerme más como Él cada día. Cuando le gano al perfeccionismo, mis estándares siguen altos, solo que sí son alcanzables.

Solo Dios es Dios. Deja de tratar de ser Dios.

A veces el perfeccionismo es consecuencia del orgullo porque en el fondo nos creemos mejores que los demás. A veces es consecuencia de la inseguridad o el deseo de aceptación, porque creemos que es necesario ser perfectos para que la otra gente imperfecta también nos ame y nos acepte. Ambas cosas son mentira. No eres mejor que los demás y vas a encontrar relaciones de personas que te van a amar tal y como eres, pero no vas a tener estas relaciones si nunca muestras a nadie quién realmente eres.

Cuando los perfeccionistas logramos algo pensamos, “bueno, era lo que había que hacer, lo que podía hacer” sin mayor satisfacción y disfrute. Cuando no logramos algo, somos los peores jueces de nosotros mismos, por no decir verdugos. Odiamos el fracaso, pero los seres humanos aprendemos del fracaso, es imposible no fracasar. Mi papá siempre me dijo “si haces lo que puedes, nada debes” ¡Cómo me cuesta aceptar esta verdad!, pero es cierta. Voy a hacer todo lo que puedo, el 100% de mi, más de lo que hice ayer; pero no siempre voy a ser la número 1, me voy a equivocar, soy un ser humano y tengo que luchar por aceptar esa realidad.

No, no tienes que ser perfecto, no puedes. ¡Suelta esas expectativas irreales, esas metas inalcanzables! ¡Deja de dolerte tanto cuando te equivocas, acepta que eres un ser humano! Deja de jugar a ser Dios y vas a ver lo rica que es la libertad de aceptarte como eres y de no esperar más de ti de lo que realmente puedes dar.

¿Qué debo repetirme constantemente si lucho con esta mentira? No puedo ser perfecto. Perfecto solo Dios y tal vez los robots. De vez en cuando me voy a equivocar, de vez en cuando voy a fracasar; eso es lo que ser ser humano significa.

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