Ama a las personas más que a sus opiniones

Definitivamente hacer esto no me fue natural y me tomó años aprenderlo. Recuerdo mucho una pelea que tuve que casi rompe mi relación con la que era mi mejor amiga. ¿Quieres saber el tema? ¡Si el que traía los regalos en Navidad era Papa Noel o El Niño Jesus! Casi nos dejamos de hablar y lo peor es que ninguna de las dos tenía la razón! ¡Y sabes no es la única pelea en que ya me he dado cuenta de que no tenía la razón!

¿Cuantas veces nos peleamos con los demás por temas como política, futbol, creencias o en realidad por cualquier tema? ¿Cuantas veces hemos discutido con alguien y dañado una relación; y con el tiempo ya ni nos acordamos del tema de la discusión pero la relación quedó lastimada o dañada o hasta perdida?

Muchas veces queremos tener la última palabra. Nos llena de satisfacción que el otro se quede callado; nos hace pensar que está sin argumentos; aunque podría ser que simplemente está cansado o herido por algo que le dijimos. Al final no recordaremos por mucho tiempo esa felicidad de tener la última palabra; pero definitivamente esa relación con alguien importante, nos pesará haberla dañado o, peor aún, perdido.

Ama a las personas más que a sus opiniones. Esto no excluye tu fe, al menos si eres cristiano porque Jesús ama a las personas más allá de sus opiniones e incluso más allá de sus acciones; y nos mandó a hacer lo mismo a los que lo seguimos.

¿Prefieres “ganar” la discusión o que gane la relación? La próxima vez que estés en una discusión, te sugiero que te hagas esta pregunta. Hay muchas relaciones que no vale la pena perder o dañar en nuestra vida y menos por una discusión cuyo tema probablemente no recordemos después.